Tuesday, October 11, 2005

Esperando la muerte II

Estoy lejos de casa y siento que me necesitan en Chile.

A mi abuela la han vuelto a operar y ya cerca de sus 99 anios, a mi viejita le cortaron la pierna derecha.

Ya hace 4 anios atras, le cortaron la izquierda.

Y es que esta tan viejita que simplemente la sangre no le
alcanza a llegar a las piernas

Le queda muy lejos. Y ya no tiene fuerzas.

Casi me da un ataque cuando mi mama me cuenta por el
telefono hace algunas horas

Que "no me habia querido contar" pero que mi abuela esta en la clinica, que la han operado y que esta bien.

Como va a estar bien mi abuela, si yo no estoy ahi para dormir con ella… que yo no estoy ahi para ir a darle el desayuno y el almuerzo, tal como lo hice la primera vez… que yo no estoy ahi para acompaniarla, para conversarle…. Si yo no estoy ahi para darle todo el carinio y la atencion que tan solo yo puedo darle.

Por que soy yo la que mas la quiere, la que mas la entiende, a la que mas necesita, finalmente.

La pena que tengo es extrania. Sin embargo, la impotencia que tengo es leve.

Y es que voy a graficarlo en una conversacion virtual que tuve con un gran amigo.

A pesar que mi abuela es uno de los pilares de mi vida, vamos todos a imaginar ahora un corazon gordo. Del porte de una manzana. Visualicemos una manzana de cristal hueco.

Veamosla sangrar por fuera. Copiosamente herido el corazon. Sangra a borbotones, pero por fuera. Por que mi pena es enorme. Con el dedo indice intentemos quitar un poco la sangre.

Pueden ahi ver hacia dentro de mi corazon??. En el fondo. Al centro. Dentro. Esta limpio. Puro. Protegido. Y es que debo confesar que a pesar de todo, yo quiero seguir aqui. Con mi amor. Con mi Benjamin. Con mi gordito adorado que no paro de abrazarme y besuquearme en silencio hasta que terminara una vez ya de llorar.

Que abandono a sus hijos en el living mientras me cubria con sus brazos grandes. Cuando contenia mi pena en su cuerpo. Que hasta lloro conmigo. Quien llora las penas ajenas? Solo el mas puro amor puede con eso.

A pesar que mi viejita ya se esta apagando de a poco. Que ya el veneno la tiene un poco consumida. Que ya tendra que esperar la muerte en una cama, hasta que llegue y se la lleve al cielo (por que mi viejita se va a ir al cielo). Que no me queda mas que quererla con el alma, porque con el cuerpo no puedo y no quiero tampoco. Porque siento que aca, mi amor me necesita mas que ella.

Ya le di mi vida entera (y pucha que son hartos anios los mios) a una seniora fortachona, divertida, clasica y feminista.

Ahora me toca darle mi vida a un hombre solo, tranquilo, silencioso, comprometido, contenedor y estoico.

Tengo un poco de frio. Me duele la guata. No he podido dormir bien. Hoy definitivamente no quiero ir a correr. Pero si quiero pasar la aspiradora. Quiero seguir tejiendo mi alfombra y esperar hasta las seis. Quiero recibir la foto que he pedido de mi abuela sonriente, antes que cumpla 99 inviernos.

No quiero saber los detalles sordidos de mi familia al respecto. Pero me imagino como estaran presionando a mi madre para que apure el alta con el doctor (acaso todos ellos son unos tarados mentales que no saben como hacer ese tipo de cosas?), como estaran especulando sobre cuanto va a durar viva, y como cuanto van a ahorrar si toman una buena o una mala enfermera.

Mientras yo aqui especulo, si mi viejita cachara todo lo que esta pasando, si le dolera o no sus piernas ausentes, si querra comer chocolates, si me echara de menos. Sobre todo si aun rezara por mi.

Yo ya le he encargado a todos mis muertos que me la cuiden, que me la curen, que no me la quiten aun. Yo quiero volver a verla.

Mi Benjamin me decia aquel dia que supe la noticia, que a dios no hay que pedirle tonterias. Hay que, si vas a pedir algo, pedir algo importante. No hay que pedir una semana de sol para el matrimonio, no hay que pedirle que venga luego la micro, para no esperar tanto. Hay que pedir que mi abuela este sana y en su propia cama, lo mas pronto posible. Y bueno, aunque no estoy de acuerdo porque yo le pido todo lo que quiero, si quiero pedir algo importante en este momento. Quiero que ella toque mi cara. La tome con sus manos deformes y me diga: "Mi tesoro, estas de vuelta… juguemos una canasta?".

Monday, October 03, 2005

Cognac

Con algo mas que mi voluntad entro por esa ventana. Puedo entrar facilmente, porque esta rota y no es dificil para mi lidiar con cosas quebradas. Es algo comun para mi. Y para algunos otros. De eso, no cabe duda.

Entro y veo su silueta oscura. Oscura y difusa, porque no traigo mis lentes. Esta lejos, pero yo se bien. El me ha sentido.

No quiero interrumpir. Esta escribiendo. Y al talento hay que dejarlo tranquilo. Para que se eleve.

Puedo sentir su suave respiracion. Y un leve tecleo. A intervalos largos. Sin duda ya lo saque de sus letras. No debe ser comodo estar siendo observado.

" Sirveme un Cognac y has uno para ti tambien"

Casi me quedo sin habla. Me estoy muriendo y no puedo mover ni una molecula de mi cuerpo. Es mi oportunidad para salir arrancando. Si lo intento, seguro que me detiene. Y me atrapa. Quizas si no lo hago, y me quedo aqui… petrificada… pueda seguir escribiendo. Cuantas copas de Cognac llevara en el cuerpo? Cuantas me hara beber antes de…

"Que pasa con mi Cognac"

Ok. Sin duda estoy en su territorio, no me queda mas que obedecer.

Miro a mi alrededor y no encuentro NADA. Y no me voy a poner a buscar tampoco. No hay mucho donde buscar. El salon esta casi vacio.

"Ves ese mueble grande que tiene una llave puesta?, Ahi esta el Cognac"

El sabe. De hecho, lo sabe todo.

Me acerco al mueble ese, doblo la llave y ahi esta. Una botella de cristal, con mucho Cognac dentro y dos copas viejas. Opacas. Gastadas. Solo dos copas. El sabe muy bien cual es el valor de la compania. Quizas yo pueda aprender de eso, algun dia.

No quiero seguir haciendo ruido. Cada vez que lo hago el deja de escribir. Los cristales se rozan suavemente e inundan todo el aire con ese sonido apabullante. El deja de escribir.

Tengo que ir a dejarle esa copa rapido. No quiero que vuelva a hablar.

Voy acercandome a el, cada vez mas cerca estoy de esa respiracion. Definitivamente ya no teclea. Ni pretende hacerlo. Sin duda sabe que me estoy moviendo.
Estoy ya a sus espaldas. Viste una polera negra. Vieja. Sus brazos son oscuros. Fuertes. Su pelo brilla un poco, entre tanta penumbra. Al menos no huele mal. Pienso.

Le dejo lentamente la copa de Cognac, mientras tiemblo y sostengo mi propia copa.

"Muchas gracias, en cualquier momento estare contigo, sientate ahi"

El no me mira. Pero si me indica donde debo sentarme. Yo ya me quiero ir. Esto esta tardando demasiado.

Ya. Ha tomado la copa. Se ha dado vuelta hacia mi. Sonrie de forma casi imperceptible.

Respiro. Finalmente saco todo el aire que hay en mi. Es la sonrisa mas leve y mas hermosa que jamas haya visto. Yo le sonrio ampliamente de vuelta con los ojos inyectados en lagrimas.

Estoy en una casona vieja. Estoy con un hombre oscuro… pero que mas da… ese hombre al menos tiene alma.